Qué es la regla de las tres Erres del reciclaje

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    Qué es la regla de las tres Erres del reciclaje

    Los seres humanos siempre hemos generado residuos. Es una consecuencia inevitable de toda nuestra actividad. Sin embargo, y desde hace unas décadas, esta producción de residuos ha mutado muchísimo. En primer lugar, desde un punto de vista cualitativo. Los plásticos, así como otros materiales de degeneración lenta, ocupan ahora una posición prioritaria en nuestros residuos como especie. En otras palabras, nuestros residuos son ahora más tóxicos y dañinos para los diferentes hábitats donde acaban apostados. En segundo lugar, también desde el punto de vista cuantitativo. Como media mundial, un ciudadano produce anualmente 365 kilogramos de basura.

    La sociedad de consumo ha traído consigo este fenómeno. Uno que, más allá de sus efectos visibles, tiene unas graves consecuencias para nuestro planeta, para los animales que lo habitan y, por supuesto, para nosotros mismos. Resulta improbable que seamos capaces de mantener esta producción residual durante mucho más tiempo. Y siendo sinceros con nosotros mismos, tampoco deberíamos. Es por eso que existen las tres erres del reciclaje. Una propuesta sobre hábitos de consumo presentada por Greenpeace en la Cumbre del GB de 2004. Su objetivo es claro: tres estrategias para manipular los residuos que no los conviertan en un problema para nuestro medioambiente.

    Reducir

    Reducir es la primera de las tres r del reciclaje. Busca concienciar sobre el ahorro de residuos que las personas somos capaces de lograr atendiendo a qué consumimos. La utilización de una bolsa de tela reutilizable, en lugar de las típicas bolsas de plástico de los supermercados, sería un buen ejemplo de reducción. También la acción de comprar un zumo de dos litros en lugar de un pack plastificado de seis zumos pequeños. Pero no solo refiere al consumo de productos. Además, hace especial hincapié en la reducción energética. Acciones como poner la lavadora solo cuando esté llena. Esto permite ahorrar mucho ya que la producción energética conlleva cantidades masivas de residuos.

    Reutilizar

    Reutilizar es la segunda de las 3 r del reciclaje. Consiste en utilizar la inventiva para proporcionarle una segunda vida a los materiales que lo permitan. Esto incluye bolsas, embalajes o envases. Muchas de estos elementos acaban siendo convertidos en basura a pesar de conservar todavía opciones de reutilización. Los botes de cristal, por ejemplo, sirven como vasos. Las piezas de madera pueden ser guardadas para fabricar muebles, en lugar de comprarlos en una gran superficie. Y muchos otros productos como ropa o libros pueden ser donados para que tengan una segunda, tercera, cuarto o quinta vida. Desecharlos debería ser siempre la última opción.

    Reciclar

    Reciclar es la tercera y última de las tres erres del reciclaje. Como su propio nombre indica, implica la reintroducción de todos los residuos en el ciclo de consumo. Aunque lo ideal sería que los materiales que consumimos fuesen biodegradables, lo cierto es que la inmensa mayoría no lo son. En lugar de convertirlos directamente en basura, el reciclaje permite que los materiales sean sometidos a un proceso industrial que los transforma nuevamente en materias primas. De esta manera pueden ser reutilizados para conformar nuevos productos. Aunque este proceso industrial también conlleva un gasto energético, es mucho más económico medioambientalmente.

    Expertos en reciclaje de radiografías

    Reducir, reutilizar y reciclar. Son las tres erres del reciclaje que debemos seguir como individuos para que nuestra especie logre que su actividad en el planeta sea sostenible. Como individuos, pero también como empresas. Los negocios generan una enorme cantidad de residuos en el transcurso de sus prácticas. Como las radiografías, una combinación de metal y plástico muy tóxica. En ABDC somos expertos en su tratamiento y reciclaje. Las recogemos, las transportamos hasta nuestras instalaciones y separamos plástico y metal mediante maquinaria especializada. De esta forma, los metales pueden ser reutilizados en aparatos informáticos y los plásticos en botellas y envases.