La regla de las 3 erres

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    La regla de las 3 erres

    En ABDC incidimos muy a menudo en la importancia capital del reciclaje. Tanto es así que hemos trabajado en artículos dedicados en exclusiva al reciclaje del papel y del cartón o al reciclaje de la electrónica. Sin duda, vivimos en una sociedad de producción y consumo que requiere conciencia medioambiental para que el planeta no se deteriore irreversiblemente. Pero, aunque muy popular, el reciclaje es solo una de las ramas de la verdadera estrategia de contención del cambio climático: existen otras dos.
     
     

    Regla de las 3r

    Estas tres ramas vienen estructuradas en un único árbol conocido como la regla de las 3 erres y fue creada por organizaciones medioambientales como Greenpeace en su afán por proteger el planeta. En concreto, esas tres erres refieren a la reducción, a la reutilización y finalmente al reciclaje. Y, aunque es importante que esa última haya calado tan hondamente en la sociedad, no podemos permitirnos obviar las otras dos. Y por esto en este artículo vamos a explorarlas todas en detenimiento. ¿Vamos allá?
     
     

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    Las 3R

    Comencemos por la reducción. Nuestro sistema socioeconómico está sustentado en estos momentos por los vaivenes de la producción y el consumo. El crecimiento requiere de una demanda cada vez mayor de cosas y eso resulta poco sostenible para el planeta. Debemos ir variando el modelo actual para aprender a comprar o contratar únicamente aquello que realmente necesitamos. Es ahí donde encaja perfecta la reducción, una de las tres erres de la regla de las 3R. ¿De verdad necesitamos tantas cosas?
     
     

    Cuál es la regla de las tres erres

    El mundo textil y el mundo de la electrónica son dos de los sectores donde más urgencia requiere el empleo de la reducción. A fin de cuentas, compramos prendas de ropa y cambiamos de smartphone no porque haga falta sino por mero placer. Y no seremos nosotros quienes clamemos contra el consumo, pero es importante hacerlo con conciencia. A fin de cuentas, con la reducción disminuye el consumo y, por tanto, la explotación de recursos del planeta para fabricar nuevos. Vayamos con la segunda erres de las 3r.
     
     

    Las famosas tres erres

    Esta segura erre probablemente sea un poquito más sencilla de implementar. La primera, la reducción, pasa por negarnos ciertos placeres consumistas. La segunda tiene más que ver con encontrar nuevas utilidades a productos que ya no nos sirven. ¿Quieres comprarte una nueva camiseta? Genial, pero no tires la vieja. En su lugar, utilízala como trapo de cocina o para crear manualidades divertidas. En última instancia, puedes darla a la beneficencia, cumpliendo igualmente con la reutilización de las 3r.
     
     

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    Seguir las tres erres

    Por último y para seguir las tres erres, debemos reciclar. Es cierto que esta erre está bastante más extendida e interiorizada por los ciudadanos, pero queda mucho por trabajar. En nuestro blog encontrarás una enorme cantidad de artículos dedicados a los diferentes contenedores, así podrás crearte un mapa óptimo de dónde hay que tirar cada cosa. Después de todo, hay que reciclar correctamente. Como ves, la regla de las 3 erres no es complicada de cumplir. Solo se necesita voluntad y hábito.
     
     

    Reducir, reutilizar y reciclar

    Reducir, reutilizar y reciclar. La regla de las 3R lleva mucho entre nosotros y, pese a que, como ya decíamos, queda muchísimo por delante para alcanzar un equilibrio óptimo, ha contribuido a una mejora notable. Con la explosión definitiva de las tecnologías electrónicas hemos entrado en un terreno peligroso, especialmente por la obsolescencia programada. En muchas ocasiones la reducción resulta imposible. En cualquier caso, la determinación en impactar lo menos posible en el planeta será de gran utilidad.