Qué es la basura electónica

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    Qué es la basura electónica

    En el artículo anterior de nuestro blog hablamos en profundidad de la clasificación de los materiales de reciclaje. Después de todo, identificar dichos materiales nos permiten tratarlos de la manera adecuada, así como enviarlo finalmente al contenedor o la planta de reciclaje pertinente. Pero no todos los residuos están dentro de las clásicas categorías de plástico, papel y vidrio. También existen otros residuos que no podemos encajar dentro de ninguna de esas categorías. Como la basura electrónica.
     
     

    Basura informática

    El término de basura informática o basura electrónica comenzó a utilizarse hace aproximadamente quince años. La razón es sencilla: más o menos desde aquella época los seres humanos, al menos aquí en Occidente, hemos comenzado a rodearnos de dispositivos electrónicos a una velocidad sin precedentes. Eso ha llevado a un aumento de los residuos informáticos que generan no solo los particulares, sino también las empresas y las instituciones. Nuestra sociedad es una máquina de generar basura informática.
     
    De hecho, las cifras son poco alentadoras: cada año se generan en el mundo cincuenta millones de toneladas de basura cibernética. Pensémoslo detenidamente. Cincuenta millones de toneladas. Y todo parece señalar que dicha cifra irá incrementándose año tras año debido a la transformación digital que estamos viviendo y que resulta prácticamente imparable. En ese aspecto, reciclar estos residuos es indispensable para cuidar el medioambiente, pero de momento las tasas de reciclaje son más que deficientes.
     
     

    Significado de basura electrónica

    La pregunta es: ¿Qué entendemos realmente por basura electrónica? Según la Unión Europea, se hallan en esta categoría, denominada RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos), productos como son los congeladores, frigoríficos y otros equipo refrigeradores; como los equipos informáticos; como los aparatos electrónicos de consumo; como los paneles fotovoltaicos; como los televisores y monitores; como los LED o como las máquinas expendedoras. Productos que definitivamente abundan en nuestro mundo.
     
    Ahora ya sabemos qué forma toma la basura electrónica en el mundo. Pero lo importante es conocer qué efectos tiene dicha basura en el planeta. Para ello debemos ofrecer una cifra muy poco alentadora: tan solo el 20% de los residuos se recicla. Eso implica que, según predicciones de la ONU, en 2050 podríamos acabar produciendo más de ciento veinte millones de toneladas de basura electrónica. Una cifra que pondrían muy en jaque a nuestro medioambiente e incluso a la cadena alimenticia. Debemos actuar.
     
     

    Basura cibernética

    ¿Cómo actuar? La solución siempre es la misma: acudir a las tres erres del reciclaje. La primera de ella es la R de Reducir. Reducir el consumo. ¿De verdad necesitamos cambiar de teléfono móvil cada quince meses? Es la media identificada por los organismos oficiales. Y la respuesta muy probablemente sea no. Por eso nos debemos concienciar y reducir nuestro consumo hasta lo mínimo imprescindible. Podemos evolucionar a la sociedad hipertecnológica sin cargarnos el planeta en el trayecto.
     
     

    Basura tecnológica

    Las otras dos erres con las erres de reutilizar y reciclar. Porque en muchas ocasiones los dispositivos siguen funcionando correctamente. Quizá no tienen la enésima novedad producida por el mercado o algún aspecto no funciona de la misma manera, pero seguro que alguien puede darles utilidad. Así que dona tus productos electrónicos para alargar su vida. En caso de que no puedan reutilizarse, recíclalos para que sus materiales se utilicen en la fabricación de otros productos. La basura informática puede ser muy provechosa.